Pero al parecer nada se puede librar del alcance de
las nuevas tecnologías, y hasta los métodos más viejos se pueden beneficiar de los últimos avances.
Algunos empresarios de Estados Unidos están contribuyendo a cambiar la industria de la elaboración vinícola: tractores equipados con GPS, servidores en las bodegas que monitorizan los medidores atmosféricos de las viñas para estudiar como afecta la climatología a las uvas, y algunas medidas más que parecen sacadas de una película.
La idea de su creador consiste en que al poder centrarse en la calidad de su materia prima, guardando y comparando todos los datos disponibles para poder mejorar constantemente la uva; podrá vender el vino final a unos precios más elevados.
Y por lo que parece el sistema no está funcionando mal del todo. Algunas publicaciones especializadas han loado las cualidades del vino creado con toda esta tecnología.
Además de llenar sus campos con tecnología capaz de detectar la humedad del terreno, su creador ha llegado a acuerdos con la NASA para conseguir imágenes por satélite de sus campos de cultivo.
Más información disponible en:
Clos LaChance