¿Derecha o izquierda?
Una universitaria cursaba el sexto semestre de sus estudios.
Como es común en los universitarios, pensaba que era de izquierda y estaba a favor de la distribución de la riqueza (que aun ella no había logrado).
Tenía vergüenza de que su padre fuera de derecha y se opusiera a los programas socialistas.
Sus honorables y objetivos profesores le habían asegurado que la de su papá era una filosofía equivocada.
Por lo anterior, un día se decidió a enfrentar a su padre. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx, tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.
En eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó:
– ¿Cómo van las clases?
– Van bien -respondió la estudiante.- Tengo promedio de notas de 90. Me cuesta, no tengo vida social y duermo poco, pero lo logro.
El padre pregunta: Y a tu amiga Soledad, ¿cómo le ha ido?
La hija respondió muy segura de sí misma: Muy mal, Soledad tiene 40 de promedio. Se la pasa todo el tiempo en los centros comerciales y anda de fiesta en fiesta, no estudia y muchas veces ni siquiera asiste a clases. Va a perder el semestre.
El padre mirándola a los ojos, le respondió: Entonces busca al Decano y pídele que le transfiera 25 de los 90 puntos tuyos a ella, para que ambas tengan 65, esta sería una buena y equitativa distribución de notas.
Ella indignada le gritó: ¿¡Por qué!? He tenido que trabajar muy duro para lograr mi promedio, mientras que Soledad no estudia y se dedica a disfrutar la vida. ¡No le voy a regalar mi trabajo!
Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡¡¡BIENVENIDA A LA DERECHA!!!