Ayer a sus 87 años dejo esta tierra mundana el escritor Roa Bastos, me sorprendió su partido esta mañana cuando leí el diario, Roa nació en 1917 en Asunción Paraguay, escritor que supo representar muy bien a Latinoamérica dueño de una narrativa única.
En 1989 recibe el Premio Cervantes.
En la nacion hay una linda nota
Fragmento de Madama Sui
«Masumi Hara continuó visitando a su alumna novata, en la cual adivinó se lo hizo entender, el don poco frecuente y casi extinguido le dijo de percibir ese tercer ojo invisible que nos mira pero que no puede ser mirado.
Sui estaba deslumbrada por la sabiduría de Masumi Hara, pero la trataba con el afecto y el respeto de una antigua amistad.
Es imposible trazar una imagen que no sea desmentida al instante por la irrealidad del mundo. Una imagen le dijoes sólo el punto donde la mente y el ojo se detienen entre varias incertidumbres. Pero en ese punto confluyen todas las certezas que se niegan y destruyen a sí mismas en una interrogación de imposible respuesta.
Madama Sui la escuchaba, ensimismada en lo que oía, deslumbrada por la sencillez y sabiduría de Masumi Hara.
(…)
-Sólo te falta sufrir un poco. Ver el lado oscuro de tu felicidad, de tu alegría de vivir, de tu temible inocencia… -le dijo Masumi Hara.
Madama Sui sintió que esas miradas la traspasaban y ordenaban sus secretos más oscuros en una constelación, que ahora brillaban y le hacían ver el mundo de otra manera.
-¿Es necesaria tanta desdicha para que exista la belleza y la sabiduría? -preguntó temerosa Madama Sui.
-Absolutamente. Sabiduría es dolor. Belleza es amor. Amor es furor y lágrima.
Fue la última lección de Masumi Hara. Cuando ella partió, sintió que había perdido súbitamente el peso de su cuerpo. Se sentía flotar en el vacío, mirada por ese ojo invisible que le había dejado en sus diseños.»
Sus obras puedo mensionar :
El estreno de su pieza teatral La carcajada, en 1930, señala el comienzo de su carrera literaria. Sólo o en colaboración, escribiría después otras piezas, como La residenta y El niño del rocío, fechadas en 1942, o Mientras llegue el día, estrenada en 1946, a la vez que trabajaba como administrativo de banca o como periodista para El País, diario de Asunción que le facilitaría los primeros viajes a Europa. En 1937 tenía escrita la novela Fulgencio Miranda, nunca publicada, y en 1942 apareció El ruiseñor de la aurora y otros poemas. En 1944 Roa Bastos formó parte del grupo Vy’a Raity (El nido de la alegría), decisivo para la renovación de la poesía y la plástica en Paraguay. Con esos antecedentes llegó a Buenos Aires, donde dio a conocer un nuevo poemario en 1960, El naranjal ardiente (Nocturno paraguayo), pero sobre todo consolidó su condición de narrador con los relatos El trueno entre las hojas (1953) y El baldío (1966), que se acercaron a los problemas sociales y políticos de su país, y con sus novelas Hijo de hombre (1960) y Yo el Supremo (1974), que le permitieron el análisis de episodios decisivos de la historia paraguaya, desde la dictadura inicial de José Gaspar Rodríguez de Francia (1814-1840), de quien se ocupó en la segunda, hasta la guerra del Chaco y los tiempos más recientes.
Diversas colecciones de relatos conocidos y nuevos completan la producción de Roa Bastos: Los pies sobre el agua (1967), Madera quemada (1967), Moriencia (1969), Cuerpo presente y otros cuentos (1971), Antología personal (1980), Contar un cuento y otros relatos (1984). También ha dado a conocer una nueva pieza teatral, Yo el Supremo (1985), que aprovecha un episodio de la novela del mismo título. En 1992, con ocasión del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, dio a conocer Vigilia del Almirante, novela sobre Cristóbal Colón, iniciando un nuevo período de gran creatividad que ya ha dado las novelas El fiscal (1993), Contravida (1994) y Madama Sui (1996). Con ellas Roa Bastos ha insistido en la recreación de momentos y personajes de la historia de su país, enriquecidos a veces con ingredientes autobiográficos y —como ya había hecho en obras anteriores— referencias complejas a la condición del propio discurso narrativo. Desde los artículos reunidos en La Inglaterra que yo vi (1946), fruto de su primer viaje a Europa, son numerosos los ensayos que ha publicado. También ha escrito varios guiones cinematográficos.