Sociedad · 3 de septiembre de 2004

AMIA SIN JUSTICIA

Como todos aquí en la argentina supongo quede helada al enterarme hace un rato en mi curso de periodismo, que indultaron a los muchachos de la Amia, y digo muchachos por no decir otra cosa.

Tengo dos reflexiones sobre esto que no puedo callar, yo no suelo escribir sobre política aquí pero hoy es necesario para mi volcar mi ideas.

Una primer idea es: recuerdo la Amia como la palma de mi mano, no soy de la comunidad sino porque en esa época trabajaba en un grupo de socorristas, (soy paramédica,cosas de juventud que le dicen), como la palma de mi mano conozco los escombros que moví, así como la respiración muy suave y el silencio que hacíamos cuando nos parecía escuchar algo, no puedo olvidar ese momento de mi mente, no puedo olvidar que para ese momento no era la AMIA sino un atentado hacia argentina, no puedo olvidar la hermandad del pueblo judío, al que respeto y admiro, y no puedo olvidar que, estén o no de acuerdo con migo que a pesar de nacionalidades, vidas, y pueblos, simple quedan impunes los juicios a los atentados a esta comunidad.
Por que será esto, por que es esto, será porque es el pueblo que tiene memoria y la memoria a muchos no les interesa. Yo no lo se, como tampoco se por que digan lo que diga los jueces, los fiscales y demás persona que están en la justicia e imparten justicia, hoy absolvieron a todos los acusados.

Mi segunda idea es: Recién volvía en el auto de mi curso de periodismo, allí me entere de la noticia, pase un día duro de 8 a 20 metida en la oficina sin tiempo de ver un diario, o al menos creo que ya no los quiero ver para no angustiarme más.
Pensaba sobre el silencio, sobre esa palabra que engloba tantas cosas, el silencio como dije antes para escuchar sobrevivientes, el silencio que se hace para escuchar a alguien hablar, el silencio que hacemos cuando no queremos opinar; el silencio ese mismo silencio que hay ahora sobre este fallo de la corte, cuantas voces pueden gritar Justicia antes y ahora, cuantas son, o cuantas se han convertido en silencio luego del tiempo, cuantos silencios son comprados, cuantos silencios cansados, cuantos silencios olvidados, hay tanto silencio que las voces que quedan no llegan alto para pedir justicia.

Esta misma palabra que cuando la AMIA fue nos ayudo a escuchar la vida, es esta misma palabra creó que hoy las entierra.

En mi memoria esta, en mi vos esta también
No olvidar, es tener pasado presente y futuro.